Muchas de las causas de las enfermedades se encuentran en las predisposiciones genéticas.
Existen predisposiciones dominantes como las que provocan el síndrome de Down, y otras que manifiestan únicamente tendencias.
En biología se habla de los genes activos y genes silenciosos. Los genes que provocan la mayoría de las enfermedades suelen ser silenciosos. Se activan frente a determinadas condiciones internas o del medio ambiente. Por lo tanto, una clave para no enfermar es mantener silenciosos los genes portadores de enfermedades.
Un ejemplo sería, una persona en cuyos antecedentes familiares se encuentran casos de depresión. Dos importantes detonantes de los estado depresivos son: el vacío existencial y los conflictos en las relaciones.
Si la persona mantiene un equilibrio en su vida interior, no entrará en crisis permanente consigo, ni con su entorno y los genes que expresan esa predisposición genética no se activarán.
La armonía espiritual hace que los genes silenciosos que contienen información de enfermedad no se activen, o si se activan, sea en periodos breves y para un proceso de transformación interior.
De esta forma, se llegará un día, como predijo Bach, en que no será necesario curar enfermedades, pues la medicina consistirá en evitar que se manifiesten.
La ciencia médica de este milenio será una medicina de la salud de cuerpo alma y espíritu como un todo.
Se está creando una meta medicina en la habremos de conocer las leyes espirituales y las de los campos bioeléctricos.
La verdadera salud es desarrollo de consciencia. Conforme los seres humanos nos desarrollemos espiritualmente, la enfermedad desaparecerá de nuestras vidas.
(Aura y Ciencia, Fernando Sanchez Quintana)
(Aura y Ciencia, Fernando Sanchez Quintana)
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