¿Quién no ha oído la frase, la familia nos toca, los amigos se eligen?
Es verdad que nuestro núcleo familiar es aquel que nos hace amar, disfrutar, compartir, llorar, sufrir y un sinfín de cosas..... pero es realmente donde experimentamos las mayores lecciones de la vida.
Pensamos que ellos son los que nos deben amar, respetar, valorar y enseñar, pero en la mayoría de los casos no es así, porque aquellos a los que más amamos no nos entienden y acabamos con relaciones cortadas, con emociones atrapadas que pueden causar traumas o incluso enfermedades.
En cuanto a las amistades verdaderas ocurre todo lo contrario. Personas que aparecen en cualquier etapa y que mantenemos relaciones de respeto, comprensión, ayuda, etc... que saben perfectamente como amar y estar cuando se les requiere. A nivel energético estamos en la misma frecuencia, hay sincronicidad, conexión. Ellos son nuestra familia del alma, la ayuda que necesitamos en los momentos difíciles y gracias a este apoyo podemos continuar confiando en la vida.
Creo que la mayoría de las personas, hemos podido comprobar esto, como si fuera una enseñanza global o quizás una educación terrenal, donde se nos transmitió el valor del grupo, (que es importante por supuesto) pero que ha ido creando separación y diferencias con los que no son de tu rama genética.
Esta actitud a llevado a que las personas que no tenemos una relación cercana o que no conocemos, realmente no nos importan, no son nuestro asunto, y así hemos ido creando la indiferencia por los demás.
Aunque Jesús nos diera el mensaje "amaos los unos a los otros" como algo importante para la humanidad, caso omiso se hizo de estas grandes palabras.
En los cambios que estamos experimentando a nivel de conciencia, cada vez más se oye, lee o comenta, que todos somos Uno, que estamos conectados, que formamos parte del mismo origen y que todos unidos podemos alcanzar la frecuencia del amor.
Abramos nuestros corazones, empecemos a mirar a todos con igualdad, estamos juntos compartiendo la misma enseñanza, somos hermanos con el mismo fin y este no es solo terrenal.
Nuestro cometido pensar y crear una gran familia espiritual solo así lograremos la Unidad.
AGRADECIENDO A TODOS LOS QUE HAN FORMADO Y FORMAN PARTE DE MI FAMILIA AQUÍ EN LA TIERRA, GRACIAS POR VUESTRAS ENSEÑANZAS Y APOYO.
CON TODO MI AMOR HACIA VOSOTROS.
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