Es importantísimo
recalcar que los aceites no deben ingerirse nunca, ni aplicarse tampoco
directamente sobre la piel. Por eso, se usan siempre diluidos en agua,
mezclados con los llamados "aceites base" (aceites neutros) o por
difusión en el aire.
Masaje:
Uno de
los métodos de aromaterapia más eficaces, pues a la eficacia de los aceites
esenciales se une el poder terapéutico del masaje. En un 1 dl.de aceite base (de
almendras dulces o de albaricoque, etc.) se diluye 9 gotas de aceites esenciales, a elegir dependiendo el problema a tratar.
Baño:
Podemos
echar varias gotas de aceites esenciales sobre el agua tibia de una bañera y
luego sumergirnos durante 15 o 20 minutos. Por este medio estamos tanto
aspirando el vapor de los aceites esenciales como permitiendo que estos
penetren a través de nuestra piel.
Inhalación:
Podemos echar algunas gotas en un pañuelo y oler o podemos echar de 6 a 10 gotas en una olla de agua hirviente, luego colocamos una toalla o manta que
cubra tanto nuestra cabeza como la olla e inhalamos el vapor durante varios
minutos. Se debe tener la precaución de no acercarse demasiado ya que podemos
quemarnos la cara con el vapor.
Difusión:
Existe
en el mercado una amplia variedad de productos para llenar el espacio de una
habitación u oficina con el aroma de los aceites esenciales. Estos productos,
llamados difusores o atomizadores, esparcen los aceites esenciales formando una
nube de diminutas partículas. Estos difusores pueden ser de utilidad en casos
de afecciones respiratorias o simplemente para llenar el aire con una fragancia
ya sea calmante o estimulante.
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